El caso de María Maianda, la niña de 5 años hallada muerta en un terreno cercano a su casa en el barrio El Colorado, sacudió a toda la provincia de Formosa. En declaraciones en Algo Está Pasando, el padre de la pequeña, José Luis Quintana, rompió el silencio y compartió su angustia, sus sospechas y su búsqueda por respuestas.
“María le tenía terror”, dijo Quintana, refiriéndose al padrastro de la niña. Aunque evitó hacer acusaciones directas por respeto a la investigación judicial, sus palabras retratan una historia de aislamiento, silencios y señales que, con el desenlace fatal, adquieren un peso estremecedor.
Respecto a las versiones sobre violencia o consumo de sustancias por parte del padrastro, Quintana fue cauto: “Yo no puedo hablar de lo que no vi. No tenía contacto con esa casa. Pero cada vez me respondían menos, me borraban de todos lados, y eso me hizo ruido”.
Uno de los momentos más dolorosos de la entrevista fue cuando recordó un testimonio clave: “Una vecina vino a decirme que fue a tomar algo a la casa y que vio cómo María le tenía un terror al padrastro. Que él le dijo ‘andá, portate bien’, y la nena se asustó”.
Quintana relató cómo, tras su separación de la madre de María hace un año, los primeros meses de la relación parental fueron normales. “Los primeros tres meses me preparaba la nena, yo la buscaba, todo bien. Pero después empezaron los problemas. La familia de ella no me quería, se fueron al Colorado y desde ahí no pude tener más contacto”, afirmó.
El padre contó que la comunicación con la madre de la niña, Rosalía, se volvió esporádica y condicionada. “Ella me atendía rápido o me decía ‘llamame después’, como escondiéndose. Me decía que él (el padrastro) no quería que hablara conmigo, que era muy celoso”, explicó.
Según Quintana, la desaparición de su hija se volvió preocupante semanas antes del hallazgo. “Yo vivo enfrente de donde supuestamente estaba, en la casa de una tía, y nunca la vi. Preguntaba por ella y me daban vueltas. Hasta los vecinos decían que algo raro había”, contó.
También detalló que, aunque intentó por todos los medios ver a su hija, su acceso era restringido. “Ella me bloqueó, desapareció. Hasta que un día me mandó una solicitud para pedirme cosas, y ahí me desesperé. Le pedí ver a la nena, pero ya no me contestó”.
Finalmente, el padre reveló que, por consejo de amigos y con el acompañamiento de sus propios padres, está impulsando que la familia paterna tome acciones judiciales: “Quiero que se sepa la verdad. No me interesa otra cosa. Que se haga justicia por mi hija”.
La causa aún está en plena investigación. La autopsia preliminar no pudo determinar con precisión la causa de muerte debido al avanzado estado de descomposición del cuerpo, lo que complica los tiempos judiciales y mantiene en vilo a toda la comunidad.