Formosa encabeza el ranking de provincias con mayor proporción de escuelas que rinden por debajo de lo esperado, según su contexto socioeconómico. Así lo indica el informe “El nivel socioeconómico no lo define todo”, elaborado por el Observatorio de Argentinos por la Educación y publicado en abril de 2025.
El trabajo, basado en los resultados de la evaluación nacional Aprender 2023 y datos del Relevamiento Anual del Ministerio de Educación, analiza el rendimiento de alumnos de sexto grado de primaria en Lengua y Matemática. Para determinar si una escuela “rinde por debajo” de lo esperado, los investigadores compararon el desempeño real con el que se estimaría considerando factores como la educación de los padres, la asistencia a nivel inicial, y el nivel socioeconómico de los hogares.
De acuerdo al informe, un 59% de las escuelas de Formosa tienen un rendimiento académico inferior al que se esperaría por el perfil de sus estudiantes. Se trata del porcentaje más alto del país, por encima de provincias como Corrientes, Santiago del Estero y Misiones, que también presentan valores críticos (53%).
“Este tipo de estudios muestra que el contexto condiciona, pero no determina. Hay provincias con desafíos similares que logran mejores resultados. Eso nos obliga a mirar qué pasa dentro de las escuelas”, explicaron desde el Observatorio.
El contraste es aún más llamativo si se considera que Formosa es, al mismo tiempo, una de las provincias con más escuelas ubicadas en contextos vulnerables que logran buenos resultados: 88 escuelas de nivel socioeconómico bajo (Cuartil 1) se encuentran entre el 25% con mejores rendimientos del país, ubicándose solo detrás de Santiago del Estero en cantidad absoluta.
El informe indaga también en las variables institucionales que marcan la diferencia: clima escolar, antigüedad del director en la escuela, horas de clase, y formación docente aparecen como claves. Justamente, las escuelas vulnerables con buenos resultados tienden a tener directores con mayor permanencia, docentes más estables y un ambiente escolar positivo.
Sin embargo, en Formosa, muchas escuelas parecen no lograr ese diferencial. La falta de dispersión entre escuelas estatales y privadas en términos de resultados —ambas con rendimientos similares y bajos, pese a pertenecer a distintos sectores de gestión— también es un dato relevante. “Eso podría estar hablando de problemas estructurales más amplios, como la formación docente, la gestión institucional o la falta de incentivos para sostener liderazgos pedagógicos sólidos”, señalan los autores.
El estudio concluye que no hay excusas: mejorar es posible, incluso en contextos difíciles. La clave está en identificar las prácticas efectivas y replicarlas a escala. Provincias como Neuquén, Chubut y Mendoza, por ejemplo, logran que cerca del 40% de sus escuelas superen lo esperado, aún con limitaciones similares.
En ese sentido, el desafío para Formosa es doble: por un lado, sostener y multiplicar los buenos ejemplos que ya existen en el sistema; por otro, intervenir de manera urgente en las escuelas que muestran señales de estancamiento o retroceso.