La rutina comienza temprano en el puerto de Pilar. Una ambulancia municipal espera para abordar la balsa que la llevará al otro lado del río Paraguay, hacia territorio argentino. En su interior, pacientes de todas las edades emprenden un viaje que se ha vuelto cotidiano: buscar en Formosa la atención médica que no encuentran en su ciudad.
El Hospital Regional de Pilar enfrenta una carencia crítica de especialistas. No hay oftalmólogos, cardiólogos ni neurólogos disponibles para atender a la población de Ñeembucú, según publica el diario ABC Color. Esta situación ha convertido el cruce diario hacia Argentina en la única alternativa para quienes necesitan tratamientos especializados.
“Trasladamos pacientes con problemas cardíacos, renales, fracturas y consultas oftalmológicas“, detalló Natalia Cuevas, responsable de la Secretaría de Salud municipal. El servicio opera gratuitamente de lunes a viernes mediante agendamiento previo, y los sábados en horario limitado. “Siempre que no sea un caso de riesgo vital, realizamos el traslado”, precisó.
Para acceder al servicio, los pacientes deben presentar documento de identidad y un diagnóstico médico previo, requisitos necesarios para gestionar su atención en los hospitales argentinos de Formosa, Resistencia o Corrientes.
Esta dependencia del sistema sanitario argentino tiene décadas de historia. Lo que comenzó como una necesidad geográfica —cuando el río era la única vía de acceso— persiste hoy como síntoma de una crisis estructural. Las rutas PY04 y PY19 ya conectan eficientemente a Pilar con Asunción y otras ciudades, pero el hospital regional sigue sin poder retener profesionales especializados.
La ministra de Salud, María Teresa Barán, visitó Pilar hace dos semanas y reconoció abiertamente el problema. “Recursos tenemos para contratar profesionales; el problema es que nadie quiere venir a Pilar a trabajar“, afirmó, evidenciando la dificultad para atraer especialistas al interior del país.
La ambulancia donada por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) cumple así una función no prevista: no fortalece el sistema local, sino que facilita la derivación constante hacia el extranjero. Cada cruce en balsa es un recordatorio de las ausencias que el sistema de salud paraguayo no logra resolver.

