La producción petrolera en Formosa muestra un panorama de claroscuros. Por un lado, los registros de la Dirección de Industria, Hidrocarburos y Minería confirman una caída sostenida en la última década: de 383,4 metros cúbicos diarios en 2015 se pasó a 90 m³/día en 2025, lo que equivale a unos 550 barriles. Por otro, desde la gestión estatal a cargo de REFSA Hidrocarburos se enfatiza que ese nivel representa el triple de lo producido en 2021, cuando apenas quedaba un pozo operativo y la extracción se reducía a 76,5 m³ diarios.
La curva descendente comenzó en 2016 y no se logró revertir con la estatización de los yacimientos. Si bien en 2023 se llegó a un repunte de 122,9 m³/día, en 2024 volvió a caer a 96,1 y en 2025 se estabilizó en torno a los 90.

El gobierno provincial sostiene que la operatoria estatal significó un cambio de paradigma. El gerente de REFSA Hidrocarburos, ingeniero Silvio Basabes, destacó que hoy hay 15 pozos en producción, contra uno en 2021, y que el crudo formoseño tiene como destino mercados en Buenos Aires, Neuquén y Mendoza.

- Yacimiento Palmar Largo: REFSA asumió la operación de este yacimiento en 2021, expandiéndose para poner en producción 14 pozos de tres yacimientos, incluyendo uno que antes era operado por una multinacional.
- Yacimiento El Chibil: En 2022, REFSA se hizo cargo de este yacimiento que estaba detenido y logró poner en marcha sus dos pozos.
- Yacimiento Surubí: REFSA opera este yacimiento desde septiembre de 2022, produciendo 36 metros cúbicos por día y planeando aumentar a 50 metros cúbicos.
En paralelo, subrayó que se prioriza la contratación local: de los 80 trabajadores en Palmar Largo, el 75% son de comunidades cercanas, frente al 20% que había antes del traspaso. Además, ya no se tercerizan servicios como comedor, enfermería, compresión de gas o cuadrillas de soldadores, que antes estaban en manos privadas.
El impacto económico también es limitado. Según los anexos oficiales, en 2024 las ventas de crudo sumaron USD 12,6 millones, con USD 1,5 millones en regalías para la provincia.

El discurso oficial resalta la diferencia con las petroleras multinacionales, señaladas por priorizar ganancias y recortar empleos. “Avanzar en un sistema energético que anteponga los intereses sociales frente a las multinacionales es un deber impostergable”, expresó Basabes.
Sin embargo, los números marcan otra realidad: tras una década de declive, Formosa se mantiene en niveles mínimos históricos de producción, muy lejos de lo que alguna vez significó la explotación de Palmar Largo y otras áreas del oeste provincial.