Marcelo Cardozo aún tiene la voz ronca por el humo que inhaló el sábado pasado cuando despertó en medio de las llamas que consumían su casa en el barrio Salvador Gurrieri. Lo que comenzó como amenazas y agresiones escaló hasta convertirse en un intento de incendio que pudo costar la vida a toda su familia, incluida su sobrina discapacitada y su hijo de 5 años.
“Esto fue calculado. Vinieron a la madrugada cuando todos duermen, cuando mi hijo duerme, cuando los vecinos no están alerta“, relató Cardozo en diálogo con Algo está pasando, mientras todavía procesa la magnitud de lo ocurrido.
El incendio no fue casual. Según la denuncia de Cardozo, detrás del ataque está Brenda Camila Zampa, quien permanece prófuga desde el día del hecho, inducida por Elizabeth Bordón, referente barrial de la agrupación 17 de Octubre vinculada al espacio político de la diputada provincial Blanca Denis.
La Policía provincial confirmó que se trató de una incendio intencional y que se inició una causa judicial con intervención de la Justicia provincial. La investigación continúa, a fin de establecer la identidad de los autores.
El conflicto tiene origen en el trabajo social que Cardozo realiza hace ocho años a través del merendero “Una sonrisa con esperanza”, un espacio apolítico donde brindan alimentación, educación y contención a niños del barrio. “Si acá se metió la política, fue por parte de ellos. Nosotros no pertenecemos a ninguna corriente política“, enfatizó.
La tensión comenzó cuando desde la agrupación 17 de Octubre intentaron apropiarse del merendero. “Quisiera adueñarse del merendero, no les permití porque lo primero que te ponen es el cartel más grande que tu casa. Y después quieren decirte quién viene y quién no”, explicó Cardozo, quien se negó a politizar un espacio destinado a cubrir necesidades básicas.
“Para mí la necesidad del hambre no tiene que ver si vos sos o no del oficialismo. La necesidad es una y ataca a todos“, sostuvo, describiendo cómo esta postura generó “una envidia maliciosa que fue escalando en una persecución de hace años hasta llegar a esto”.
Las amenazas se intensificaron en los días previos al incendio. Zampa, que vive en una casa lindante a la de Cardozo, incrementó las agresiones desde su domicilio, rompiendo vidrios y techos con piedras. “Desde su casa venían las agresiones, no salía a la vía pública, por eso la policía no podía actuar porque no se puede ingresar a un domicilio sin orden judicial”, explicó.
El sábado por la madrugada, antes del ataque, Zampa gritó: “Ahora los voy a prender fuego, hijos de puta, tengo nafta, van a salir de a uno por uno y los voy a matar como chanchos”. Todo quedó grabado, según afirmó Cardozo.
La familia completa -compuesta por Cardozo, su esposa, una sobrina discapacitada con retraso madurativo, epilepsia y diplejía, sus dos hijas mayores y su hijo de 5 años- estuvo a punto de morir. “Mi esposa fue la que se despertó en un mundo de humo tóxico, tuvimos que ser atendidos“, recordó.
Lo más paradójico del ataque es que los propios hijos de las agresoras asistían al merendero que intentaron destruir. “Los hijos de las agresoras también venían al merendero, recibieron cada uno lo que le correspondía, juguetes, alimentos, chocolate, una caricia. Es increíble pensar que atentaron contra un merendero donde sus hijos también recibían esos beneficios”, denunció Cardozo con indignación.
El incendio destruyó justamente el sector donde funcionaba el comedor, construido con gran esfuerzo gracias a donaciones de veteranos de guerra de Malvinas y préstamos familiares. “Ese fue el lugar del ataque y sufrió daños bastante importantes“, lamentó.
Cardozo realizó múltiples denuncias previas que no tuvieron respuesta efectiva de la Justicia. “Hay un problema con los juzgados que no tomaron en cuenta las denuncias anteriores que yo realicé con respecto a la agresividad de esta chica“, cuestionó, destacando que la Policía “hizo su trabajo hasta donde se le permite”.
Actualmente, la familia vive sin protección mientras Zampa permanece prófuga. “Nadie garantiza la salud ni la integridad ni la seguridad de mi familia, un estado ausente“, se quejó Cardozo, quien teme que la agresora “vuelva y termine a la madrugada lo que inició”.
El trauma persiste en los más pequeños. Su hijo de 5 años se despertó esta mañana y le dijo: “Soñé que la casa se prendía fuego y nos moríamos. ¿Por qué tiene que vivir esto? ¿Hasta qué punto?”, se pregunta un Cardozo que, pese a todo, mantiene su convicción: “Yo creo en una sociedad con leyes y reglas y así me manejé”.
La causa está radicada en los tribunales con número de expediente y patrocinio letrado, mientras Cardozo espera que cuando detengan a Zampa “cuente quién fue la que le indujo a todo esto” porque está convencido de que “van a haber personas detrás de esto“.
