Las lluvias más intensas del año golpearon a Formosa a comienzos de mayo. En apenas unas horas, varias localidades del interior provincial registraron precipitaciones históricas, con acumulados que superaron ampliamente los 300 milímetros. El Coatí (400 mm), Alto Alegre (367 mm), Palo Santo (315 mm), El Bañadero (310 mm) y Subteniente Perín (282 mm) fueron las más afectadas, según informó la Policía provincial.
Calles anegadas, barrios inundados y decenas de familias evacuadas marcaron el panorama en esas jornadas. En Palo Santo, los evacuados fueron alojados en el Polideportivo y en la Casa de la Solidaridad. En Subteniente Perín, barrios enteros quedaron bajo agua y el sistema de desagüe colapsó.
La situación requirió la intervención de municipios, organismos provinciales y la ayuda de vecinos organizados que iniciaron campañas solidarias para asistir a los damnificados.

Sin embargo, pese a la magnitud del desastre, el Ministerio de Seguridad de la Nación, mediante un informe al Senado, confirmó que la provincia de Formosa no emitió ningún requerimiento formal que habilitara el despliegue de asistencia operativa, logística o material por parte del Estado nacional. Según la Ley 27.287, este paso es indispensable para activar mecanismos federales de ayuda ante emergencias.
Desde el Ministerio de Economía también se señaló que no hubo solicitud alguna para declarar la emergencia y/o desastre agropecuario, un paso necesario para acceder a beneficios contemplados en la Ley 26.509, que incluyen medidas de alivio para productores rurales afectados.
En otras palabras, el Gobierno provincial optó por no activar ninguno de los canales institucionales de asistencia disponibles a nivel nacional. La ley es clara: la Nación puede intervenir solo a pedido de la jurisdicción afectada, una solicitud que nunca llegó desde Formosa.
La ausencia de una gestión formal de ayuda, incluso ante un fenómeno climático de esta magnitud, vuelve a poner en cuestión los criterios de decisión del gobierno provincial en materia de gestión de riesgos y respuesta ante emergencias. Mientras tanto, fueron los recursos locales, la respuesta comunitaria y la solidaridad de los formoseños los que contuvieron una situación que, por su gravedad, justificaba ampliamente la ayuda nacional.