Las pruebas Aprender 2024, que evaluaron a más de 379 mil estudiantes de 5º y 6º año de escuelas secundarias en todo el país, expusieron nuevamente profundas brechas de desempeño entre las provincias argentinas. En este escenario, Formosa se ubica entre las jurisdicciones con peores resultados tanto en matemática como en lengua, dos áreas clave del aprendizaje escolar.
El operativo fue coordinado por la Secretaría de Educación, dependiente del Ministerio de Capital Humano de la Nación, y permitió medir competencias fundamentales en los últimos años del nivel secundario. Los resultados, desagregados por provincia y por departamento, revelan el impacto de las desigualdades estructurales en el sistema educativo.
A nivel nacional, apenas el 14,2% de los estudiantes alcanzó un nivel satisfactorio o avanzado en matemática. En cambio, casi la mitad, el 46,4%, quedó por debajo del nivel básico. Formosa se encuentra dentro del grupo de provincias con los puntajes más bajos, junto a Chaco, Santiago del Estero, Catamarca, Tucumán y Misiones.
En departamentos formoseños como Laishí, Ramón Lista o Patiño, los puntajes promedio se ubicaron en el rango más bajo de la escala definida para esta evaluación (entre 412 y 440 puntos), lejos de los valores alcanzados por otras regiones del país como La Pampa o Río Negro, que superaron los 500 puntos.

En lengua, el panorama general fue algo más alentador: el 58,4% del total nacional alcanzó un nivel satisfactorio o avanzado. Sin embargo, Formosa volvió a ubicarse en el lote de provincias con los rendimientos más bajos. Gran parte del territorio provincial registró puntajes entre los 412 y 464 puntos, en la base de la escala, mostrando dificultades en lectura comprensiva, escritura con intención y análisis textual.
En contraste, provincias como Tierra del Fuego, La Pampa y Córdoba exhibieron desempeños superiores, con departamentos que incluso alcanzaron los valores más altos del país (más de 536 puntos).
El informe Aprender 2024 incorpora variables de contexto que permiten entender los resultados más allá de los puntajes. Entre los factores que condicionan el aprendizaje se destacan el nivel socioeconómico, la infraestructura escolar, la disponibilidad de recursos tecnológicos y el tipo de gestión de las instituciones.
Los estudiantes del quintil más alto en términos socioeconómicos duplican, en promedio, los puntajes de quienes pertenecen al quintil más bajo. En provincias como Formosa, donde los índices de pobreza infantil superan el 60% según datos de Unicef, esta brecha se vuelve estructural.

Además, las escuelas rurales o periurbanas enfrentan mayores desafíos: planteles docentes incompletos, escasez de libros, aulas múltiples y poca conectividad. Todo esto impacta directamente en las oportunidades de aprendizaje.
Entre las acciones sugeridas para mejorar el rendimiento en matemática, el informe recomienda trabajar con problemas reales, fomentar el trabajo colaborativo y el uso de herramientas digitales desde el inicio de la secundaria. En lengua, se propone reforzar la lectura comprensiva y la producción escrita con propósito.
Algunas provincias como La Pampa o Mendoza ya implementaron políticas de acompañamiento pedagógico y alfabetización integral que mostraron resultados positivos. En Formosa, sin embargo, no se conocen hasta ahora programas de intervención sostenidos a nivel provincial que apunten a revertir esta tendencia preocupante.
Los resultados de Aprender 2024 no sólo exponen las falencias de los estudiantes, sino que reflejan con crudeza las condiciones del sistema educativo en distintas regiones del país. El norte argentino, con Formosa entre los casos más críticos, vuelve a quedar retratado como víctima de un modelo desigual que castiga las trayectorias escolares desde el origen.