La trágica muerte de las docentes Edith Cantero y Graciela Ramos, y la desaparición del director Rodolfo Ferrau, conmocionaron a la comunidad educativa de Clorinda y expusieron nuevamente las precarias condiciones laborales en las que se desempeñan los docentes rurales.
En un duro comunicado, el gremio Docentes Autoconvocados expresó su profundo pesar por las pérdidas, pero también apuntó contra el sistema educativo provincial, al que calificaron como “deshumanizante” y “negligente”.
“Este hecho conmociona a la docencia toda, porque a pesar de los salarios bajos y precarias condiciones laborales, seguimos garantizando el derecho a la educación en situaciones de alta peligrosidad y vulnerabilidad. Situaciones que nos exponen a perder la vida por cumplir con nuestra tarea de enseñar, garantizar la comida de los niños en la escuela y asegurar el sustento diario con nuestro pobre sueldo”, señalaron en el documento difundido tras el accidente.
El naufragio ocurrió el miércoles pasado, cuando los docentes intentaban cruzar el río Paraguay en una pequeña embarcación para llegar a la escuela N°171 “Ejército Argentino” en Puerto Pilcomayo.
Según los informes, un fuerte temporal habría causado el vuelco de la embarcación. Los cuerpos de Cantero y Ramos fueron hallados horas después, mientras que la búsqueda de Ferrau fue suspendida debido a las condiciones climáticas adversas.
“Nos obligan a ir, pase lo que pase”
El comunicado de los Autoconvocados denunció las prácticas coercitivas que enfrentan los docentes para cumplir con su labor en zonas rurales. “Deben ir a trabajar, como sea, sin poder permitirse una falta porque perderían parte de su salario bajo el concepto de presentismo. No importa nada: si la policía dice que los caminos no están habilitados, los docentes deben llegar igual; además, la policía tiene prohibido tomarles exposiciones en días de lluvia por órdenes de la Delegación”, explicaron.
El gremio cuestionó que, incluso en condiciones extremas de mal tiempo o caminos intransitables, se les exige cumplir con sus tareas bajo el argumento de que “para eso les pagan zona”, un porcentaje que, según denunciaron, es insignificante frente al bajo salario básico.
“Con prácticas extorsivas y amenazas de todo tipo, la docencia pone el cuerpo como la última línea de un Estado que nos deja solos frente a las inclemencias del tiempo, el peligro en las rutas y el abandono estructural”, concluyeron.
Por el momento, la búsqueda de Rodolfo Ferrau, director de la escuela “Buey Muerto”, sigue sin resultados positivos. La comunidad docente, familias y estudiantes esperan respuestas y medidas concretas en honor a las vidas perdidas en el cumplimiento de su vocación.