La discusión por el poder adquisitivo docente volvió a encenderse en Formosa después de las elecciones. Desde el gremio Docentes Autoconvocados anunciaron que en julio retomarán formalmente el reclamo de un salario equiparable a la Canasta Básica Total, que según datos del INDEC en mayo ya alcanzaba los 1.140.000 pesos. Actualmente, un maestro que recién se inicia en la provincia cobra alrededor de 800.000 pesos.
“Terminamos esta primera parte del año con un salario inicial que no alcanza y volvemos de este receso sin ninguna certeza de mejora”, advirtió Mirka Fernández, secretaria general del gremio, en declaraciones al programa Algo está pasando. “El aguinaldo se fue directamente a pagar deudas. Ya no representa un alivio, como pasaba años atrás cuando uno podía comprarse algo extra. Hoy es apenas un parche”, sostuvo.
Fernández fue clara: los problemas nunca se fueron, siempre estuvieron ahí. En campaña se usaron políticamente, pero la realidad salarial de los docentes es crítica desde hace tiempo”. Denunció que no hubo anuncios oficiales ni diálogo con el Ministerio de Economía, y recordó que el gobernador Insfrán aseguró que los estatales habían recuperado su salario en la primera parte del año. “Nosotros miramos la heladera y sabemos que eso no es cierto”, retrucó.
El gremio anunció que julio será un mes de consulta en las bases para definir medidas de acción directa. “El 28 de julio volvemos a las escuelas y colegios, pero no podemos hacerlo sin certezas salariales. Las únicas certezas que tenemos como trabajadores son los aumentos de tarifas, alimentos, alquileres, transporte y educación. Mientras tanto, el salario no se mueve”, expresó la dirigente.
Fernández también comparó la situación con otras provincias del NEA. “Estamos todos igual de mal. En Corrientes dicen que pagan el mejor salario docente, pero ellos también tienen sueldos fraccionados en dos o tres pagos mensuales. En la región hay sumas en blanco, otras en gris y muchas en negro. Nadie llega a la canasta básica. Todos los gobernadores siguen la misma receta de ajuste”, criticó.
En relación al impacto del aguinaldo, señaló que fue absorbido rápidamente por gastos esenciales: “sirvió para saldar pequeñas deudas, tapar agujeros. Ya ni se piensa en hacer una mejora en el hogar, comprarse ropa o un electrodoméstico. Antes se podía. Hoy se decide entre pagar las cuentas o comer”.
Además del reclamo salarial, Fernández mencionó otros problemas estructurales que afectan al sector: “la auditoría médica, la burocracia que enfrentan los docentes del interior, los malos tratos, la violencia institucional. Todo eso también hace a la calidad de vida docente”.
En un escenario económico cada vez más apretado, el reclamo docente promete escalar. “el sueldo pierde mes a mes y los aumentos de servicios recién empiezan. La quita de subsidios va a seguir y todo va a subir, menos nuestro salario. Por eso decimos: ni un docente pobre en Argentina”, concluyó.
Desde Docentes Autoconvocados advierten que si no hay respuestas antes de la vuelta a clases tras el receso invernal, las medidas gremiales serán inevitables.