Formosa volvió a cerrar el semestre como la provincia con menor volumen de exportaciones de todo el país. Según datos oficiales procesados por Politikon Chaco, en los primeros seis meses de 2025 solo generó ventas al exterior por USD 24 millones, lo que representa un exiguo 0,1% del total exportado por Argentina. Con esta cifra, la provincia quedó incluso por debajo de La Rioja (USD 66 millones) y Corrientes (USD 151 millones), reafirmando su rezago económico estructural.
El crecimiento interanual fue del 27,2%, pero se explica únicamente por una leve suba en las exportaciones de productos primarios (USD 21 millones), mientras que las manufacturas agropecuarias sumaron apenas USD 3 millones y no hubo ventas en manufacturas industriales ni en energía.
En un contexto donde otras provincias del Norte Grande lograron diversificar su matriz exportadora, Formosa sigue dependiendo de materias primas sin valor agregado.

La situación es aún más preocupante si se compara con provincias similares en tamaño y contexto geográfico. Chaco, por ejemplo, exportó USD 203 millones; Misiones, USD 261 millones; y Santiago del Estero, USD 669 millones. Todas ellas con problemáticas sociales y económicas similares, pero con políticas públicas más activas en desarrollo productivo y apertura comercial.
Este estancamiento no es nuevo, pero sí se profundiza. La falta de infraestructura logística, el aislamiento geográfico, una presión tributaria poco competitiva y la ausencia de incentivos reales para la inversión privada son factores que explican por qué Formosa no logra integrarse al mercado exportador nacional ni regional.
El Gobierno provincial suele escudarse en el centralismo porteño o en condiciones climáticas adversas. Sin embargo, los números hablan por sí solos: la economía formoseña está cerrada, con poca diversificación, escasa competitividad y sin un rumbo claro hacia el desarrollo productivo con proyección internacional.

Mientras otras provincias apuestan por sectores como el agroindustrial, la minería, las energías renovables o la economía del conocimiento, Formosa parece haber quedado anclada en una lógica económica que no logra superar su dependencia del empleo público y los fondos nacionales.
La falta de exportaciones no solo limita el ingreso de divisas, sino que también refleja un problema más profundo: la ausencia de un modelo de desarrollo genuino y sustentable.