El último informe de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) sobre la evolución de la distribución del ingreso revela la persistencia de profundas desigualdades económicas en Argentina.
Según los datos del tercer trimestre de 2024, Formosa se ubica como la provincia con el ingreso per cápita familiar más bajo del país, con una media de $217.683. En comparación, el promedio nacional urbano es de $393.767, casi el doble de la cifra formoseña.
A nivel de ingresos individuales, los formoseños también están en una situación crítica. El ingreso total individual en la provincia es de apenas $366.469, mientras que la media nacional asciende a $619.602. En contraste, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) lidera con un ingreso individual promedio de $1.124.818, casi tres veces superior al de Formosa.

Otro dato preocupante es la distribución del tipo de ingresos en la provincia. Mientras que a nivel nacional el 76,1% de los ingresos proviene del trabajo y el 23,9% de fuentes no laborales (como jubilaciones, pensiones y programas sociales), en Formosa la dependencia de los ingresos no laborales es del 38,3%, una de las más altas del país. Esto refleja la precariedad del mercado laboral local y la alta dependencia de transferencias estatales.
A pesar de estos números alarmantes, Formosa presenta un coeficiente de Gini de 0,327, el más bajo del país, lo que indica una menor desigualdad relativa en la distribución del ingreso dentro de la provincia. Sin embargo, esta menor desigualdad se debe más a la generalizada baja en los ingresos que a una distribución equitativa de la riqueza.
En términos de ocupación, el ingreso promedio de los asalariados en la provincia también es uno de los más bajos. Los trabajadores con descuento jubilatorio perciben un promedio de $500.328, mientras que aquellos sin aportes ganan en promedio $232.647, reflejando una alta informalidad laboral.
Los datos del INDEC dejan en evidencia la urgencia de políticas públicas que impulsen el desarrollo económico de la provincia, generen empleo formal y reduzcan la dependencia de los ingresos no laborales. Mientras tanto, la brecha entre Formosa y el resto del país sigue profundizándose, con consecuencias directas en la calidad de vida de sus habitantes.