Miembros de la organización Asistencia Humanitaria Internacional, en el marco de un operativo de ENASHU (Equipo Nacional de Asistencia Sanitaria Humanitaria), denunciaron que fueron víctimas de amenazas, detenciones arbitrarias e inspecciones sin justificación alguna por parte de autoridades provinciales de Formosa.
Uno de los testimonios más impactantes lo brinda José Boggiano, licenciado en Enfermería y miembro de la organización, quien relata un episodio vivido en la comunidad wichí de Pocitos.
Esta no es la primera vez que la organización ENASHU visita Formosa en operativos sanitarios similares con la colaboración de profesional de la salud. En esas ocasiones también se denunciaron situaciones de persecución y presión a la comitiva.
“Llegamos de noche y comenzamos a escuchar ruidos en los arbustos. Cuando encendimos una luz, lo que vimos fue desgarrador: mujeres con vestidos harapientos y niños desnudos se acercaban tímidamente. Tenían hambre. Les dimos caramelos, pero los niños los comían con el papel porque su necesidad era extrema“, recuerda Boggiano.
Tras la jornada de asistencia, el equipo regresó a Ingeniero Juárez, su base operativa. Sin embargo, apenas unas horas después, en la madrugada, fueron abordados por una comitiva oficial compuesta por un abogado del Ministerio de Desarrollo Humano, una funcionaria identificada como farmacéutica y el entonces director del hospital de la localidad.
“Nos dijeron que no podíamos estar ahí, que no teníamos permiso para realizar tareas asistenciales. Luego, insistieron en inspeccionar nuestra farmacia sin motivo aparente”, agrega el enfermero.
El hostigamiento no terminó allí. Boggiano relato que fue llevado por el director del hospital de Ingeniero Juárez, supuestamente al centro de salud, pero terminó detenido en la comisaría local sin explicación alguna ni orden judicial. Permaneció incomunicado por varias horas hasta que, gracias a la presión de líderes wichí, el equipo de ENASHU y un periodista alemán que los acompañaba, finalmente fue liberado.
“La asistencia humanitaria terminó convertida en un operativo de represión, digno de gobiernos donde los derechos humanos no existen y las garantías constitucionales aún no han llegado”, concluye Boggiano.