La administración de Gildo Insfrán cerró 2024 con uno de los años más críticos en términos de financiamiento nacional. Las transferencias no automáticas, fondos que dependen de decisiones discrecionales del Gobierno central, sufrieron un recorte del 95,9% en términos reales, con un total anual de apenas $5.649 millones.
En promedio, esto se tradujo en $9.300 por habitante, muy por debajo del promedio nacional de $31.540.

El impacto en Formosa se enmarca en una política generalizada de ajuste fiscal impulsada por el presidente Javier Milei, que redujo estas transferencias en todo el país. Sin embargo, la magnitud del recorte para la administración de Gildo Insfrán fue notablemente superior a la media nacional, que se ubicó en el 76%.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) recibió $652.810 millones en transferencias discrecionales, con un promedio per cápita de $209.119. Este aumento en CABA responde a una medida cautelar dictada por la Corte Suprema que favoreció al distrito, pero que generó fuertes críticas desde el interior del país.
En el NEA, el panorama es desalentador. Formosa fue acompañada por Chaco y Corrientes, que también sufrieron caídas significativas del 87,9% y 84,4% en términos reales, respectivamente.
El recorte a Formosa tiene un impacto directo en la ejecución de programas provinciales de salud, educación y obras públicas, áreas clave que dependen de los fondos nacionales para su financiamiento y ejes del “modelo formoseño”.
Esta situación representa un desafío para la administración de Gildo Insfrán, quien deberá buscar alternativas para sostener el aparato estatal en un contexto de recursos cada vez más limitados.