El Director de Bromatología de la Municipalidad de Formosa, Jorge Tarantini, reveló los resultados de los operativos de control y decomiso de pirotecnia en la ciudad. La acción se enmarca en la ordenanza de pirotecnia cero, que prohíbe tanto la venta como el uso de artículos sonoros, buscando disminuir los riesgos y promover la concientización ciudadana.
“Hemos decomisado más de 2.500 elementos sonoros y, solo ayer, otros 350, entre lumínicos y sonoros, provenientes de comercios habilitados y casas particulares que no cumplían con la normativa”, explicó Tarantini. El funcionario resaltó la peligrosidad de estos productos, sobre todo aquellos de contrabando provenientes de Brasil, que contienen pólvora negra, un componente especialmente riesgoso.
La municipalidad ha realizado múltiples operativos de inspección y ha respondido a denuncias de vecinos, quienes también se han involucrado en el control ciudadano. Según Tarantini, las sanciones van desde multas de $100.000 hasta $18 millones para quienes infringen la normativa, un castigo severo que busca disuadir la venta y almacenamiento de estos productos peligrosos.
Además, aclaró que este año no se habilitarán puntos de venta de pirotecnia en la ciudad, como ocurría en años anteriores. “La ordenanza no permite la comercialización de ningún tipo de pirotecnia sonora. Queremos que la población entienda que esto no es solo una cuestión de normativa, sino de seguridad y bienestar para todos”, afirmó.
Por esto, no se habilitará como peatonal la calle San Martín ni zona de la zona norte de la ciudad para la venta de estos productos en los distintos puestos como era habitual en las fiestas de navidad y año nuevo anteriores.
Tarantini también destacó el rol de la Policía de la Provincia y de asociaciones civiles en las campañas de concientización, especialmente en escuelas y colegios, además del compromiso de muchos comerciantes que apoyan la iniciativa.
La implementación de esta medida busca no solo reducir los riesgos asociados al uso de pirotecnia, sino también generar un cambio cultural en el uso de estos productos. “Con campañas y controles, esperamos que cada año disminuya el uso de pirotecnia sonora y que la comunidad comprenda los beneficios de esta regulación”, concluyó Tarantini.