El coordinador del sistema de alerta temprana del río Pilcomayo, Luis María de la Cruz, analizó este lunes en el programa Algo está pasando la situación actual del cauce que afecta a distintas zonas del oeste formoseño.
Con un panorama más alentador que semanas atrás, De la Cruz confirmó que “el pico ya pasó en muchas áreas”, aunque advirtió que “todavía hay comunidades en riesgo, especialmente entre las rutas 26 y 95“.
“En la zona de Fortín Soledad, sobre la ruta 28, el río ya entró en bajante hace varios días. Hacia abajo, desde la ruta 26 hasta la ruta 95, sigue en creciente, por lo que el riesgo persiste. Se estima que en unos 7 a 10 días más, esa zona comenzará a liberarse”, explicó.
Desde la cuenca alta, en Bolivia, el panorama es diferente: “Ya está en bajante, con lluvias esporádicas que apenas suben los niveles. Son valores de otoño, ya no representan peligro. Incluso en la zona de Salta, donde hubo serios estragos, hoy el río está muy bajo. Han comenzado a subir los peces, lo que para nosotros es un indicador claro de que la creciente terminó”, sostuvo.
Sin embargo, el especialista advirtió sobre los problemas estructurales del corredor hídrico y cuestionó duramente la instalación y funcionamiento de las compuertas: “Están tapadas con tierra o tienen mecanismos obsoletos. Aunque podrían aliviar, el problema es mucho más profundo”.
De la Cruz explicó que el diseño original del sistema ya presentaba fallas. “Cuando se proyectó el corredor hidrovial se advirtió al BID, que financiaba la obra, que un vertedero de 750 metros era insuficiente. Se pidió uno de 1.500 metros, pero no se respetó. Hoy las consecuencias son las que vemos: zonas que no se inundaban, ahora se inundan”.
Además, reveló un detalle técnico preocupante: “El lecho del río está recrecido. Si uno se para sobre el vertedero y mira hacia el oeste, la tierra está a su nivel, pero hacia el este baja entre 2 y 3 metros. Eso indica un ascenso del lecho, que hace que las crecientes se extiendan mucho más de lo previsto”.
Respecto a la situación en Campo del Cielo, alertó sobre el estado crítico del sistema de defensas: “Recibimos fotos con el agua al borde de la defensa. Eso es peligrosísimo. Si colapsa, hablamos de una columna de agua de más de 3 metros sobre la población. Si eso se rompe, muere gente”.
Sobre los efectos en la producción ganadera del Bañado La Estrella, fue claro: “Hay zonas que nunca se inundaban y hoy están bajo agua. Se hicieron remates para que la gente libere los campos, pero no todos llevan sus animales porque muchas veces no están en condiciones de ser vendidos. Además, hay una cultura ganadera distinta, que no se adapta fácilmente a esas estrategias”.
Finalmente, De la Cruz concluyó: “Esto no fue una creciente extraordinaria, fue grande pero dentro de lo normal. Y si con una creciente así ya tenemos este nivel de daño, lo que viene en el futuro puede ser aún peor si no se corrigen los errores estructurales”.