“Sabemos cuáles son los códigos”, lanzó, cómplice, el presidente del Superior Tribunal de Justicia de Formosa, Guillermo Alucín, durante un acto institucional en Clorinda. La frase, pronunciada con el gobernador Gildo Insfrán como testigo de excepción, no pareció una casualidad: su destinatario no fue otro que el intendente de Las Lomitas, Atilio Basualdo.
El mensaje de Alucín cobra fuerza a la luz de los hechos. La Justicia de la Tercera Circunscripción Judicial avanza sobre una causa que investiga un violento episodio ocurrido el pasado 5 de abril en Campo del Cielo, sobre la Ruta 28, donde un grupo atacó a efectivos policiales con extrema violencia. En ese contexto, se imputan delitos gravísimos: tentativa de homicidio, lesiones graves, atentado y resistencia a la autoridad, robo, daño e instigación a delinquir.

Uno de los principales sospechosos de liderar ese ataque es Amancio Tapiceno, un empleado municipal de Las Lomitas que hoy se encuentra prófugo. Y es justamente el vínculo entre Tapiceno y Basualdo lo que pone al jefe comunal en el centro de la tormenta.
Según la investigación judicial, Basualdo mantuvo contacto directo con Tapiceno tras los hechos, y evitó deliberadamente denunciarlo. Una fotografía que se viralizó días después lo muestra incluso conversando animadamente con el prófugo, y que según la justicia tenía pleno conocimiento de su imputación por tentativa de homicidio contra la Policía.
La fiscalía considera que esa actitud configura una colaboración activa para sustraer al acusado de la acción de la justicia, lo cual encuadra como encubrimiento agravado. Además, se le imputa la omisión de los deberes de funcionario público, al no actuar conforme a su responsabilidad institucional. Por estos hechos, Basualdo fue citado a prestar declaración indagatoria el próximo 29 de julio a las 9:00 horas en el Juzgado de Instrucción de la Tercera Circunscripción. Si no comparece sin justificación, podría ser detenido.
Pero el expediente no solo sacude los cimientos judiciales. También resquebraja alianzas políticas. Basualdo, hasta hace poco un hombre alineado al oficialismo provincial, viene coqueteando con La Libertad Avanza, y su situación judicial se lee también como un capítulo más de una interna en tensión. En ese contexto, las palabras de Alucín resuenan con peso político y judicial. No fue una advertencia cualquiera: fue un recordatorio público de que, incluso en Formosa, los códigos pueden cambiar.