El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, reconoció públicamente que la provincia no cumplió con la promesa de dotar de embarcaciones y albergue a los docentes que trabajan en la Escuela N°171 “Ejército Argentino” de la Isla Buey Muerto, donde el 28 de noviembre de 2024 murieron ahogados tres docentes clorindenses tras volcar la lancha en la que viajaban durante una tormenta.
En Clorinda, Insfrán firmó un acta de compromiso para la construcción de un albergue en la isla y la provisión de nuevas embarcaciones. En su discurso, admitió que las lanchas destinadas originalmente al traslado de los docentes fueron utilizadas por la Policía provincial, lo que derivó en la falta de transporte adecuado.
El mandatario reveló que en su momento “el Ejecutivo compró dos lanchas”, pero admitió que “la Policía las utilizó para otra cuestión y no se cumplió con esa promesa”. Justificó la decisión señalando que “la necesidad tiene cara de hereje”, y agregó: “Seguramente ellos entendieron que era más importante el uso que le iban a dar desde su función, creo que las derivaron a la parte de Bomberos”.
“Yo tengo memoria. Recuerdo que cuando visité ese lugar prometí que íbamos a dotarlos de un sistema de transporte, porque no tenían albergue y los docentes tenían que viajar todos los días. La mayoría vivía en Clorinda, cruzaban a Puerto Pilcomayo y de ahí al río”, explicó.
El accidente ocurrió cuando el director Rodolfo Ferraut y las docentes Edith Cantero y Graciela Ramos regresaban en lancha hacia el puerto Pilcomayo tras cumplir su jornada laboral. Las fuertes ráfagas de viento provocaron que la embarcación se diera vuelta en medio del río Paraguay. Los cuerpos de las maestras fueron hallados ese mismo día, mientras que el cuerpo del director fue encontrado por Prefectura al día siguiente.
La tragedia expuso las condiciones de precariedad en las que trabajan los docentes rurales en Formosa. En la isla no existe transporte fluvial oficial ni albergue para alojar a los maestros. Los gremios docentes venían reclamando desde hace años soluciones estructurales, y señalaron que el accidente pudo haberse evitado.
Cabe recordar que en el año 2013, el propio Insfrán había visitado la Escuela N°171 y prometido la construcción de un albergue para los docentes, además de reforzar los medios de transporte fluvial. A más de una década, el anuncio volvió a realizarse solo después de la tragedia.
El caso generó amplio repudio en el ámbito docente, donde se insiste en que las condiciones laborales de los maestros rurales deben ser garantizadas por el Estado para evitar nuevos hechos luctuosos.