Mientras todos los años la administración de Gildo Insfrán cada vez más fondos sin transparentar a la Fiesta Nacional del Pomelo en Laguna Blanca, una empresa industrializadora de jugos de la provincia de Formosa debió importar 28 toneladas y media de pomelo fresco desde Paraguay, en lo que representa la primera exportación del fruto en ese estado desde el vecino país hacia la Argentina.
La operación fue confirmada por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) del Paraguay y benefició a pequeños productores del departamento de Itapúa.
“La fruta no es para consumo en fresco, sino para procesamiento industrial”, aclaró el director del Senave, Pastor Soria, al destacar que este primer embarque podría ser el inicio de un flujo comercial que alcance las 900 toneladas, dependiendo del comportamiento del mercado y la calidad del producto.

El cargamento se destinó a Formosa Alimentos S.A., firma ubicada en el Parque Industrial formoseño desde 1988, y propiedad del grupo Litoral Citrus, que centraliza su producción de jugos concentrados en la planta que posee en Concordia, Entre Ríos. Desde allí, los productos se envían al mercado interno, siendo parte de bebidas como Quatro de Coca-Cola o Paso de los Toros de PepsiCo.
Según detalló Soria, esta exportación paraguaya es un hito para su país: “Nunca antes se había exportado pomelo fresco. Solo lo hacían grandes empresas en forma de jugo o concentrado. Ahora los pequeños productores pueden volver a creer en su trabajo”.
De hecho, ocho productores de Itapúa lograron reunir los 28.500 kilos que fueron lavados, encerados y empacados cumpliendo los requisitos fitosanitarios argentinos. Cada kilo se pagó entre 800 y 900 guaraníes, casi el doble de lo que se paga en el mercado interno paraguayo.
Pero mientras Paraguay celebra este avance, en Formosa el dato contrasta con el relato oficial que insiste en mostrar una provincia “productiva y con agregado de valor local”. La necesidad de importar una materia prima como el pomelo –abundante años atrás en la región– evidencia las falencias estructurales del sector agrícola y la falta de estímulos a productores frutícolas locales.