La Confederación de Sociedades Rurales de Chaco y Formosa (Cha-For) emitió un comunicado en el que expresa su profunda preocupación por la crisis que atraviesa el sector ganadero en ambas provincias, golpeado por un dúo letal: la persistente sequía y una creciente presión impositiva.
Según la entidad, la escasez de lluvias ha impactado gravemente en la disponibilidad de pasturas y fuentes de agua, lo que ha deteriorado el estado de los rodeos y disminuido la capacidad productiva.
Esta situación ha obligado a muchos productores a malvender sus animales para evitar mayores pérdidas o a incurrir en costos adicionales por suplementación alimentaria, lo que repercute directamente en la rentabilidad del sector.
A este desafío estructural se suma la carga impositiva que enfrentan los productores. Impuestos como el inmobiliario rural, el IVA, bienes personales e ingresos brutos generan un fuerte impacto sobre la actividad, limitando las posibilidades de inversión y crecimiento en un contexto de ingresos menguantes.
“La situación es insostenible. La sequía ha dejado a los productores en una posición crítica, y la presión fiscal termina de asfixiarnos. Necesitamos medidas urgentes de alivio para poder continuar con nuestra actividad”, expresaron desde Cha-For.
En este sentido, la entidad instó a los gobiernos provinciales y nacionales a implementar políticas de auxilio, como la reducción de la carga tributaria, préstamos a tasas subsidiadas y asistencia para mejorar la infraestructura hídrica en los campos.
Advirtió, además, que sin soluciones concretas, la producción ganadera en Chaco y Formosa podría sufrir una caída sostenida, con efectos devastadores no solo para los productores, sino también para el empleo rural y la economía regional en su conjunto.