El Gobierno nacional se desmarcó este viernes de la controversia generada en Formosa por la estrategia del gobernador Gildo Insfrán de avanzar con una reforma constitucional, cuyo propósito, según acusa la oposición, sería evitar un fallo adverso de la Corte Suprema sobre la reelección indefinida.
En conferencia de prensa, el vocero presidencial, Manuel Adorni, sostuvo que se trata de “una cuestión provincial” y que el Ejecutivo no intervendrá en temas que, subrayó, aún están “pendientes de resolución”.
“Nosotros no nos metemos en cuestiones provinciales, y menos cuando todavía no ocurrieron. Es un tema que tiene que resolver la provincia, por supuesto dentro de la ley y respetando la Constitución. Cuando efectivamente esto tenga una resolución podremos emitir alguna opinión desde el republicanismo. Por ahora somos observadores”, señaló Adorni desde Casa Rosada.
La maniobra que desató el debate se materializó el jueves por la noche, cuando la Cámara de Diputados de Formosa aprobó, en un tratamiento exprés, un proyecto de ley que declara la necesidad de reformar completamente la Constitución provincial.
La medida, abre la posibilidad de incluir una nueva reelección para Insfrán, quien lleva 29 años al frente de la provincia.
Desde la oposición en Formosa, conformada por referentes del PRO, la UCR, La Libertad Avanza y otros espacios, aseguran que esta movida busca blindar al mandatario formoseño frente a un fallo desfavorable de la Corte Suprema, que en las últimas semanas emitió una resolución alertando sobre la inconstitucionalidad de la reelección indefinida y podría expedirse en contra de esta figura en los próximos meses.