Las elecciones legislativas de 2025 ratificaron el predominio del Frente de la Victoria en Formosa, pero marcaron un quiebre histórico en la conformación de la oposición provincial. El “gildismo” volvió a imponerse con comodidad, obteniendo 190.783 votos votos (58,35%), aunque esta vez no logró monopolizar las dos bancas en juego: La Libertad Avanza conquistó la segunda con 117.301 sufragios (35,87), consolidándose como la nueva cara del rechazo al oficialismo provincial.
El resultado representa una reconfiguración total del mapa político formoseño. La Alianza La Libertad Avanza, encabezada por Atilio Basualdo, se convirtió en la segunda fuerza provincial con un porcentaje que duplica con creces lo obtenido en las elecciones provinciales de junio pasado, cuando bajo el sello del Partido La Libertad Avanza habían alcanzado apenas el 11,15% (34.118 votos).

La testosterona de votos también es parte del acuerdo que reunió al senador, Francisco Paoltroni, y la diputada provincial, Gabriela Neme.
Graciela de la Rosa, por el Frente de la Victoria, fue electa diputada nacional, aunque su compañero de lista Fabián Cáceres quedó afuera. La otra banca fue para Basualdo, quien junto a Neme y Paoltroni ya miran hacia 2027 con aspiraciones de consolidar el crecimiento libertario en la provincia.
La debacle radical
La gran perdedora de la jornada fue la Unión Cívica Radical, que como parte de la Alianza Juntos por la Libertad y la República apenas cosechó 11.971 votos votos (3,66%). Enzo Casadei encabezó una boleta que marcó uno de los peores desempeños electorales en la historia del centenario partido en territorio formoseño.
La comparación con elecciones anteriores es demoledora. En 2021, Juntos por Formosa Libre —espacio donde participaba el radicalismo— había obtenido 134.445 votos (38,77%) y logrado que Fernando Carbajal accediera al Congreso junto a Fernández Patri. Cuatro años después, el espacio quedó reducido a menos del 4%.
El oficialismo: hegemonía sin holgura
Aunque el Frente de la Victoria mantuvo guarismos similares a anteriores contiendas, el resultado muestra matices. En 2021, el Frente de Todos había obtenido 186.991 votos (53,93%) en un contexto de pandemia y donde aún no existía La Libertad Avanza. En las provinciales de junio de 2025, el Partido Justicialista había alcanzado 205.784 votos (67,24%), un porcentaje notoriamente superior al 57,70% actual.
La diferencia radica en el tipo de elección: mientras que en las provinciales la fragmentación opositora benefició al oficialismo, en las legislativas nacionales la polarización jugó a favor de la concentración del voto opositor en la boleta violeta.
El resto de las fuerzas quedaron relegadas. El Partido del Obrero obtuvo 3.575 votos (1,12%), mientras que Principios y Convicción alcanzó 3.144 sufragios (0,98%), prácticamente quintuplicando su resultado de 2021 cuando había logrado apenas 2.030 votos (0,59%).

Las elecciones de 2025 dejaron en claro que la potencia de la boleta violeta de La Libertad Avanza reconfiguró por completo el tablero opositor formoseño. Basualdo, Neme y Paoltroni encabezan ahora un espacio que aspira a consolidarse como alternativa al gildismo de cara a 2027, ocupando el vacío dejado por un radicalismo en caída libre.
El mensaje de las urnas fue contundente: el oficialismo mantiene su predominio histórico, pero ya no puede dar por sentado el barrido electoral. Y la oposición, por primera vez en años, tiene un color definido: violeta.

