La provincia de Formosa se ubica entre las regiones más vulnerables al calentamiento global en América del Sur, según revela el informe “The Climate Action Monitor 2025″ presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El documento, que analiza la situación climática de 52 países, coloca a la provincia argentina en un preocupante ranking de zonas subnacionales con mayor exposición al calor extremo.
El relevamiento identifica a Formosa como una de las cuatro regiones subnacionales de América del Sur con los mayores incrementos en días calurosos (temperaturas máximas superiores a 35°C) y noches tropicales (temperaturas mínimas por encima de 20°C). La provincia comparte este dramático podio con Mato Grosso en Brasil, Córdoba en Colombia y Madre de Dios en Perú.
Entre 2020 y 2024, Formosa experimentó un aumento significativo en estos indicadores térmicos en comparación con el período de referencia climática (1981-2010). Según los datos del informe, la provincia registró temperaturas hasta 10°C por encima de las normales estacionales en algunos eventos extremos ocurridos entre 2024 y 2025.
“Las diferencias subnacionales refuerzan la necesidad de medidas de adaptación localizadas”, señala el documento de la OCDE, destacando que incluso dentro de un mismo país, las variaciones regionales en exposición climática exigen respuestas adaptadas a las condiciones y niveles de riesgo locales.
El panorama a futuro no es más alentador. El informe proyecta que para finales de siglo, bajo un escenario de emisiones intermedias, regiones como Formosa podrían experimentar incrementos dramáticos en la frecuencia de días con temperaturas extremas.

El país mostró un aumento promedio de días calurosos, con Formosa registrando valores superiores al promedio nacional. Las proyecciones indican que, de mantenerse las tendencias actuales de emisiones, las olas de calor serán cada vez más frecuentes e intensas.
El informe de la OCDE presenta un panorama global alarmante. En 2023, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcanzaron un récord histórico de 55 gigatoneladas de CO2 equivalente, un aumento del 1.7% respecto a 2022 y aproximadamente 3% más que en 2015.
“El año 2024 fue el más cálido registrado y marcó el primer año calendario en superar el objetivo de 1.5°C del Acuerdo de París por encima de los niveles preindustriales”, alerta el documento, señalando que este hito preocupante concluyó una década (2015-2024) donde se registraron los diez años más calurosos de la historia.
Las consecuencias ya son evidentes: en 2024, los desastres relacionados con el clima causaron pérdidas económicas por USD 328 mil millones a nivel mundial y más de 16.000 muertes confirmadas, afectando a 167 millones de personas.
La brecha de implementación
El informe revela que Argentina, junto con otros países de la región, enfrenta una “brecha de entrega” respecto a sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Para 2023, el país registró una brecha del 1.6% entre sus emisiones reales y la trayectoria necesaria para cumplir sus objetivos de 2030.
Más preocupante aún, existe una desalineación entre los objetivos de corto plazo (2030) y las metas de largo plazo (2050). El documento advierte que incluso si Argentina cumpliera plenamente sus compromisos para 2030, no estaría en camino de alcanzar sus objetivos de neutralidad de carbono para mediados de siglo.
Avances insuficientes
La OCDE evalúa el progreso en políticas climáticas a través de su Marco de Medición de Acciones y Políticas Climáticas (CAPMF). Los resultados para América Latina y el Caribe son desalentadores: la acción climática en la región se expandió considerablemente entre 2010 y 2021, pero desde entonces el ritmo de crecimiento se ha estancado significativamente.
“La acción climática en los países de América Latina y el Caribe aumentó solo marginalmente desde 2021″, indica el informe, señalando que la región ha perdido la ventaja que había ganado sobre otros países no pertenecientes a la OCDE.

