El 13 de junio de 2024, tras más de 90 días sin transporte urbano en Formosa, Fermoza salió a la calle para reemplazar a la privada Crucero del Sur, que abandonó el servicio por la quita de subsidios nacionales y provinciales con una enorme crisis que afecto a los vecinos de la Ciudad.
Las unidades, entre nuevas y usadas, fueron adquiridas por la Municipalidad de Formosa y luego se fueron sumando otras que dejó la empresa misionera Crucero del Sur como parte de pago de la millonaria multa con el municipio por el incumplimiento de los servicios.
Un año después, la empresa municipal no solo sigue en pie, sino que logró autofinanciarse sin aportes públicos. Así lo confirmó Guillermo Santos, operador de la firma.
“Hoy Fermoza se sostiene sola. Cubrimos todos los gastos fijos con la recaudación del boleto: salarios, mantenimiento, repuestos. No nos sobra plata, pero tampoco estamos en rojo”, afirmó Santos , en Algo Está Pasando y reconoció que el inicio fue “casi a pulmón” y sin experiencia previa en transporte de pasajeros. “Yo venía del transporte de carga, fue un cambio enorme”, agregó.
Actualmente, la empresa opera con 48 colectivos en circulación diaria y un parque total de 64 unidades. “Las líneas están cubiertas, tenemos frecuencias de entre 17 y 28 minutos, y reforzamos en horas pico. El corte de boletos creció mucho y eso demuestra que el vecino volvió a confiar”, señaló.

Uno de los logros que más destacó Santos fue la mejora salarial del personal: “Los sueldos casi se duplicaron respecto a cuando arrancamos. Eso fue una prioridad desde el primer día”. Los trabajadores fueron parte de los despedidos de Crucero del Sur.
Pese al equilibrio operativo, la empresa enfrenta dificultades vinculadas al vandalismo. “Cada semana tenemos uno o dos colectivos dañados. Una ventana lateral cuesta hasta 90 mil pesos y un parabrisas ronda los 400 mil. Es un gasto constante que impacta en el presupuesto”, explicó.
Sobre el funcionamiento durante las elecciones, Santos confirmó que, al menos por ahora, no se prevé gratuidad del servicio: “No tenemos la cantidad de unidades para sacar coches de línea y ponerlos a trabajar gratis. Hoy cada colectivo cuenta”, sostuvo.
Con un año de funcionamiento, Fermoza logró lo que parecía impensado tras la caída del sistema anterior: sostener el transporte urbano en una ciudad en crecimiento, con recursos propios y sin depender de subsidios nacionales ni fondos municipales. “Fue un desafío enorme, pero lo estamos cumpliendo”, cerró Santos.