Solo dos provincias sobresalían por permitir la reelección indefinida de sus gobernadores: Formosa y Santa Cruz. Este sistema de perpetuación en el poder, propio de modelos políticos fuertemente centralizados y con poca alternancia democrática, se enfrenta hoy a su extinción por dos caminos distintos: un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y un cambio de rumbo político en Santa Cruz.
Los nombres detrás de esta excepcionalidad son Néstor Kirchner y Gildo Insfrán. Ambos aprovecharon contextos de escasa oposición política y liderazgo hegemónico para modificar sus constituciones provinciales y garantizar la continuidad de sus mandatos sin límite de reelecciones.
El artículo 114 de la Constitución de Santa Cruz estipula: “El Gobernador y el Vicegobernador serán elegidos directamente por el pueblo de la Provincia a simple pluralidad de sufragios. Podrán ser reelectos”. Por su parte, el artículo 132 de la Constitución de Formosa establece: “El Gobernador y el Vicegobernador durarán cuatro años en el ejercicio de sus cargos, y podrán ser reelectos”. Tres palabras comunes en ambos textos -“podrán ser reelectos”- que permitieron crear sistemas de cargos vitalicios.
El pasado jueves, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó un fallo que declaró inconstitucional el artículo 132 de la Constitución de Formosa. La decisión unánime surgió tras un recurso presentado por la Confederación Frente Amplio Formoseño, marcando un hito en la política provincial.
El juez Ricardo Lorenzetti subrayó que la reelección indefinida colisiona con los principios republicanos de periodicidad en los mandatos, división de poderes y amplia representación electoral. Según el fallo, estas condiciones son esenciales para garantizar la libertad de decisión de los ciudadanos y evitar la concentración del poder.
Insfrán, quien ocupa la gobernación de Formosa desde 1995 tras dos mandatos como vicegobernador, ha permanecido en el poder durante casi 30 años. Esta hegemonía se gestó con una reforma constitucional impulsada durante su primera gestión como vicegobernador, eliminando los límites de reelección.
En Santa Cruz, la situación tomó un giro diferente. Claudio Vidal, nuevo gobernador y líder opositor al kirchnerismo, asumió con la promesa de derogar tanto la Ley de Lemas como la reelección indefinida. La primera ya fue eliminada, y se espera que en los próximos meses se avance en la reforma para limitar los mandatos a dos períodos consecutivos.
“Cumplimos con erradicar la Ley de Lemas. Para lo otro tenemos tiempo”, aseguraron fuentes cercanas a Vidal, reafirmando su compromiso con la alternancia y el fortalecimiento institucional.
La eliminación de las reelecciones indefinidas marca un punto de inflexión para ambas provincias y para el país. Mientras Formosa enfrenta un cambio impuesto por la Justicia, Santa Cruz lo hará mediante decisiones políticas. Ambos casos demuestran que los sistemas democráticos deben priorizar la alternancia en el poder para garantizar la transparencia y el dinamismo institucional.
El fin de esta “excentricidad” peronista es, en definitiva, una oportunidad para fortalecer los valores republicanos en el país y asegurar que las instituciones respondan a las necesidades de la ciudadanía y no a la perpetuación de liderazgos individuales.
Con información de Infobae.